En medio de una alarmante tasa de suicidios entre los jóvenes en Japón, el gobierno decide llevar a cabo un experimento extremo. Niños son elegidos para vivir en un centro de vigilancia donde se les presenta una peligrosa opción: presionar un interruptor que podría costarles la vida. Solo seis de ellos logran resistir la presión y sobrevivir a la trágica experiencia.